Hace 111 años, el 9 de abril de 1905, el beato Pedro Ruiz de los Paños pronunciaba la frase que da título a este post.
Los meses previos a su ordenación sacerdotal los vivió en Málaga, profundamente convencido de su vocación, de su llamada a ser prolongación de Jesús en la tierra, puente entre Dios y los hombres.
Escribía en su diario el 21 de diciembre de 1904, al acceder al subdiaconado:
Desde hoy no he de atender sino a las cosas de Dios y no he de saber más que a Jesucristo.
Los días 8 y 9 de abril de 1905 «por una gracia especial en dos días seguidos» –como él mismo dice- fue ordenado diácono y sacerdote.
En vísperas de su ordenación sacerdotal escribe:
Cuando sea sacerdote, por mí he de ser como los demás hombres; pero he de tener una diferencia, y es que estaré endiosado.
Está claro cuál es el móvil, el tesoro de la vida de Pedro Ruíz de los Paños; su tesoro es Jesús.
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