1 de octubre de 1995, cientos de personas nos reunimos en la plaza de San Pedro de Roma desde primera hora de la mañana. Alegría y entusiasmo se respiran a nuestro alrededor porque ha llegado el gran día, el día en que Pedro Ruiz de los Paños, nuestro don Pedro, va a ser proclamado beato por el que entonces era el papa y en la actualidad ya es santo, san Juan Pablo II.
¿Qué quiere decir eso? Sencillamente que don Pedro Ruiz de los Paños ha vivido su vida cristiana de tal manera que podemos considerarlo un modelo para nuestras vidas, podemos tenerlo como héroe e inspirarnos en su vida para vivir como mejores cristianos.
Llegamos procedentes de muchos lugares y somos de edades muy variadas: religiosas Discípulas de Jesús, sacerdotes Operarios, alumnos y profesores de los colegios, sacerdotes de las residencias sacerdotales y de las parroquias, catequistas, gente de las parroquias, familiares,… Todos los que por alguna razón formamos parte de esta familia Discípulas de Jesús.
Han pasado 25 años y también nos reúne la alegría y el gozo de tener un héroe tan genial que nos da pistas para llegar también nosotros a ser santos. Recordemos algunas de sus frases:
Ser santo es amar mucho, nada mas.
La alegría es el resultado de la entrega.
Quien vive de Dios está alegre.
Y lo vamos a celebrar como más le gustaba al beato Pedro celebrar los acontecimientos, con una eucaristía. Una eucaristía que se va a celebrar en la capilla de Valladolid, junto a sus restos y que, los demás, podremos seguir en directo a través de la emisión en streaming.
Las circunstancias históricas que vivimos no nos permiten reunirnos físicamente, sin embargo podemos hacer más grande nuestra familia y abrir las puertas a todos los que formamos la familia Discípulas de Jesús a través de esta reunión virtual.
No dejéis de acudir a la cita:
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