Por tercer año consecutivo el patio del colegio Discípulas de Jesús sirvió de escenario para la celebración del Magosto en una tarde de chocolate y castañas, bullicio y convivencia entre padres y alumnos del centro educativo. Una vez más se batieron todas las previsiones y se sirvieron más de 300 raciones de castañas y chocolate, que esta ocasión no sirvieron para paliar el frío del otoño leonés porque la tarde fue magnífica. Pese a tratarse de una cita novedosa –nació al amparo de la AMPA en 2015-, va camino de consolidarse y erigirse en una de las citas más esperadas en los primeros meses de cada curso académico. Como en años anteriores las castañas fueron asadas al más puro estilo leonés, al carbón, en una de las tradicionales locomotoras tan características en las calles más añejas de León en estas fechas otoñales, mientras que el chocolate corrió a cargo de la cocina del colegio y de las maestras chocolateras de la AMPA. Como principal novedad en esta edición, el Magosto 2017 quedó enmarcado dentro de la novedosa iniciativa que aterriza en las Discípulas de Jesús del ‘Comercio Justo’, que tiene como uno de sus principales objetivos abonar un precio equitativo a los productos que llegan a Occidente desde el mal llamado Tercer Mundo.
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