La felicidad es un anhelo universal, algo que nos une y nos mueve, que nos anima a seguir adelante y se encuentra entre las metas que dan sentido a la vida. Pero, ¿cómo hacer realidad este deseo?, ¿dónde podemos encontrar la felicidad?
Si intentamos dar respuesta a estas preguntas, probablemente lo primero en lo que pensemos sea en una vida sin problemas, sin dificultades, sanos, con éxito… Sin embargo, sabemos que eso no siempre es posible y que, a pesar de las dificultades o incluso en medio de ellas es posible la felicidad. ¿Dónde está entonces el secreto de la felicidad?
Jesús de Nazaret nos da una visión muy especial de la felicidad en las bienaventuranzas:
El papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et Exsultate dice:
Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: a los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios, o, para usar otra expresión, «la clase media de la santidad»
(Gaudete et Exsultate, 7)
Y tú, ¿dónde encuentras la felicidad? ¿Te atreves a buscarla en tu entorno, en el esfuerzo de cada día, en la bondad, en la comprensión y en la misericordia? Si es así, cada día estarás un poco más cerca de la felicidad plena.
Si quieres pedir para conseguir esa felicidad, esta oración puede ayudarte:
Y si quieres alguna pista más para avanzar en tu camino de santidad, o lo que es lo mismo de felicidad, escucha esta canción:
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