PRIMERA SEMANA DE CUARESMA
La parábola del fariseo y el publicano nos habla de la importancia de la actitud con la que nos acercamos a Dios. El deseo de cambio está en cada uno de nosotros si nos adentramos en nuestro interior y, sin miedo, nos descubrimos limitados y con aspectos negativos, es decir, pecadores necesitados de conversión.
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