Ilustradora: Rosa Osuna
Editorial Kalandraka
«Tristán obsequia a su amigo Marcel con un trozo de tela sobrante de unas cortinas. Marcel hubiera preferido una peonza, pero acaba agradeciendo ese regalo porque se da cuenta de la cantidad de utilidades que puede tener un simple paño: para limpiarse, protegerse del sol, atravesar un río, abrigarse del viento y escapar de los peligros.»
Cada regalo oculta, bajo el lazo de seda y el papel acharolado, una decepción. A menudo nos sentimos decepcionados porque esperamos otra cosa; pensamos que no se han esforzado lo suficiente en seguir el rastro de nuestros deseos. Pero Marcel aprecia finalmente la humildad del presente porque su amigo y él pertenecen a un mundo en el que se valoran los objetos más insignificantes: cartón, pinzas, chapas, corchos, cuerdas, un calcetín o incluso una piedra pueden convertirse en un juguete maravilloso, una fascinante caja de sorpresas.
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