Aunque generalmente se considera un preludio de El Señor de los Anillos, El Hobbit es en realidad mucho más. Puede ser comprendido aisladamente de la obra mayor, pues aunque comparte personajes y escenario, son libros muy distintos, con virtudes y encantos diferentes. Resulta obvio que este libro es un cuento para niños, ya que la narración es sencilla y rápida.
Pero injustamente se suele hacer demasiado énfasis al carácter infantil de la obra en comparación con El Señor de los Anillos, pues aunque las aventuras del señor Bolsón (el protagonista) comienzan siendo cómicas y de poco coraje, el tono del libro se va agravando a medida que Bilbo Bolsón se adentra en mayores peligros, de modo que el terror, el heroísmo y el sentido épico de los últimos capítulos tiene poco que envidiar a la posterior obra cumbre de Tolkien, aunque el conjunto de la obra sea bastante menos duro.
La historia se centra en un hobbit, un personaje bajito de pelos rizados y pies grandes que realiza el viaje de su vida. Sin comerlo ni beberlo se ve embarcado en una asombrosa aventura por culpa del misterioso mago Gandalf y trece enanos que tienen el peligroso objetivo de recuperar su antiguo reino, afincado en la Montaña Solitaria, y el tesoro robado por el dragón Smaug. En el camino, Bilbo se encuentra con insólitas y fascinantes criaturas, y sin darse cuenta acaba siendo (con la inestimable ayuda de un anillo mágico, que luego sería el protagonista de El Señor de los Anillos) todo un valiente saqueador de tesoros.
S.Blanch dice
Nos lo han mandado en Legio