La Fiesta de Todos los Santos es una invitación a ser nosotros también santos. Las vidas maravillosas de los santos nos ayudan a vivir más perfectamente el Evangelio. Encontramos en ellos grandes amigos que intercederán desde el cielo por nuestra salvación.
Padre Jordi Rivero
Halloween significa «All hallow’s eve», palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa «víspera de todos los santos» y se celebra el 31 de octubre por la noche, en los países de cultura anglosajona o de herencia celta, con toda una escenografía que antes recordaba a los muertos, luego con la llegada del Cristianismo a las ánimas del Purgatorio, y que ahora se han convertido en una ensalada mental en la que no faltan creencias en brujas, fantasmas y cosas similares.
En cambio, en los países de cultura mediterránea, el recuerdo de los difuntos y la atención a la muerte se centra en el 2 de noviembre, el día siguiente a la celebración de la resurrección y la alegría del paraíso que espera a la comunidad cristiana, una familia de «santos» como la entendía San Pablo.
Podemos plantearnos el retorno a la verdadera celebración de la Fiesta de Todos los Santos que comienza en la noche del 31 de octubre y ofrecer alternativas festivas a la oferta actual:
- Los niños se pueden disfrazar de un santo favorito y aprenderse su vida, especialmente sus virtudes, con el fin de imitarlas.
- Los mayores pueden leer sobre los santos, tener una fiesta en honor a un santo favorito de la comunidad o de la familia.
Dejemos actuar de manera conjunta a la creatividad humana y al Espíritu Santo para hacer de nuestro mundo una buena noticia y ser portadores de esperanza y de alegría. Para ello, los mejores ejemplos a nuestro alcance: los santos.
La información de este artículo está extraída de aciprensa y puede consultarse en:
https://www.aciprensa.com/controversias/halloween5.html
También puedes leer la información completa y descargarla en pdf en este enlace: Holywins
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