¿Qué es lo que hoy sucede? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey duerme. La tierra está temerosa y sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la carne y ha despertado a los que dormían desde antiguo. Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo. (Homilia antigua sobre el grande y santo Sábado, Anónimo)
Sábado Santo, día de silencio y espera. Todo parece haber fracasado. ¡Jesús ha muerto! No era eso lo que esperábamos. Quizás la jornada del Sábado Santo sea la que más semejanzas tiene con muchos de nuestros días, días grises, rutinarios, en los que la esperanza se oculta y la ilusión parece desvanecerse.
Pero, en esos momentos siempre hay alguien que permanece firme, alguien que espera, alguien que sabe renacer en la dificultad, resurgir con fuerza (eso que llaman resiliencia y que nos va a hacer mucha falta para salir de la situación actual). Y, cuando hablamos del Sábado Santo esa persona tiene nombre de mujer, nombre de madre: María que sabe estar en silencio junto a su hijo en todo momento, también ahora, en la muerte y el fracaso.
Una propuesta: acompaña a María
Dediquemos unos momentos a la reflexión y a la oración
Rezando voy: ¿Fue todo en vano?
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